CONCLUSIONES: Algunas propuestas didácticas para el desarrollo de la comprensión lectora
- Desarrollar la conciencia fonológica tempranamente por medio de juegos con el lenguaje. Reconocer los sonidos del lenguaje (conciencia fonológica) es una habilidad imprescindible para aprender a leer ya que posibilita realizar la categorización de los sonidos. Por eso, se aconseja preparar y favorecer el futuro aprendizaje de la lectoescritura por medio de juegos y canciones en los que los niños ejerciten las habilidades para manejar los sonidos. Ellas son: aislar fonemas, segmentar palabras en sílabas (silabeo) y en fonemas (deletreo), omitir fonemas y sílabas, añadir fonemas. De esta manera, también se previene-predice tempranamente la dislexia. (NIVEL INICIAL).
- Realizar una intensiva práctica de la oralidad en Nivel Inicial, ya que es la base del aprendizaje de la lectoescritura.
- No hay inconvenientes en enseñar las letras imprenta y cursiva en primer grado. En grados posteriores, aprender la cursiva resulta más difícil.
- Corregir los errores ortográficos. Se debe evitar que los chicos graben en la memoria errores ortográficos para que no los automaticen. Por ello, es necesario corregir los errores ortográficos. Recordemos que la memoria visual registra información constantemente. En consecuencia, se deben evitar estímulos visuales con errores (pizarrón, textos, escritos de los alumnos, etc.) Los errores en los cuadernos y carpetas deben ser corregidos por el docente y por el alumno cuando se realicen ejercicios de autocorrección.
- Entrenar en la lectura oral. Para llegar a comprender un texto es necesario haber automatizado el proceso de decodificación. Por eso, es necesario entrenar a los chicos en la decodificación; la única forma de hacerlo es la práctica constante de la lectura. Quien lee con fluidez y precisión ahorra energías y tiempo que puede destinar al procesamiento de la información (comprensión). En síntesis, se debe practicar lectura, silenciosa y oral. Esta última modalidad nos permite verificar los progresos y detectar las dificultades para decodificar. En resumidas cuentas, los alumnos deben practicar lectura para llegar a automatizar la decodificación de manera fluida y precisa. Mientras más se lee, más fácil y rápido se puede llegar a la comprensión. Hay distintas actividades de lectura oral: escuchar al adulto leyendo (modelo de lector), lectura individual, lectura a coro, lectura con el adulto, lectura escenificada o teatralizada. Es importante que el maestro muestre cómo se debe leer.
- Crear contextos áulicos distendidos para ejercitar la lectura oral, evitando situaciones incómodas para los alumnos. Leer en voz alta puede ser vivido con ansiedad, pudor y nerviosismo, especialmente por los adolescentes, debido a la exposición pública que representa. Es aconsejable que la lectura oral en clase sea un instrumento en el marco de otra actividad de aprendizaje y no un fin en sí mismo. De esa manera se reduce el nivel de atención en los fracasos, dudas, imprecisiones o éxitos en la decodificación. Cabe insistir en que la corrección del error debe ser realizada con delicadeza y tomándolo como una oportunidad de aprendizaje.
- Seleccionar textos bien escritos. Los textos bien escritos no tienen que ser complejos. Pueden ser densos en cuanto a contenido, pero no complejos. El buen escritor escribe para que el contenido sea claro.
- Fomentar la lectura de diversidad de géneros discursivos. La familiaridad con el género que se lee ayuda a la comprensión del texto ya que conocer las estructuras textuales facilita el acceso a la información por las predicciones que se realizan a partir de las experiencias anteriores con textos similares. En consecuencia es conveniente que los chicos accedan a una amplia variedad de géneros discursivos.
- Realizar actividades de pre-lectura en las que los chicos activen los conocimientos previos sobre el tema y elaboren hipótesis de lectura a partir de los paratextos (imágenes, títulos, índice, formato, etc.) De esta manera se entrena estas dos habilidades que inciden en la comprensión lectora (activación de conocimientos previos y elaboración de hipótesis de lectura).
- Enseñar explícitamente el vocabulario general y específico de la asignatura y de los textos que se leen. El vocabulario es uno de los determinantes de la comprensión lectora. Quien no conoce el significado de las palabras no puede acceder a la información del texto ni procesarla correctamente. El vocabulario es una forma de organizar conceptualmente el mundo, por ello si no se cuenta con la palabra que designa una parte de la realidad, no se puede “verla”, reconocerla, identificarla. No se puede ver lo que no se puede nombrar; por ende, no se lo puede conocer, comprender ni aprehender. Se aconseja ayudar a desarrollar el vocabulario de los alumnos haciéndolos identificar las palabras que necesitarán para aprender cada tema. Es importante ayudarlos a focalizar la atención en los términos, tanto técnicos como generales, que deben aprender. Para ello se puede trabajar con listas, glosarios, rastreo de vocablos en un texto, uso del diccionario, búsqueda de palabras claves, juegos, etc. Otra actividad efectiva para el aprendizaje de vocabulario es hacer redactar textos empleando una lista predeterminada de palabras.
- Practicar las estrategias de búsqueda de significado de las palabras desconocidas: deducción del significado por contexto; inferencia del significado por la formación de la palabra (prefijos, sufijos, palabra de la que deriva); y uso del diccionario. Se debe insistir en la idea de que no se puede comprender (ni aprender, en consecuencia) si no se entienden las palabras del texto.
- Enseñar a supervisar la comprensión del texto. Se debe enseñar a reflexionar sobre el propio proceso de comprensión del texto, es decir, ayudar a tomar conciencia de qué no se entiende. Para ello, es útil pedir a los alumnos que marquen (subrayen, redondeen, resalten, coloreen, etc.) lo que no entienden del texto y que expliquen cuál es la dificultad que encuentran (vocabulario, oraciones largas, párrafos extensos, tema desconocido, relación entre conceptos, orden de la oración, conceptos nuevos, etc.) Una vez identificada la dificultad, podrán buscar la vía más conveniente de resolver el problema (releer, consultar el diccionario, preguntar, buscar otra fuente de información complementaria, hacer un esquema o dibujo, buscar sinónimos familiares, etc.) El buen lector sabe supervisar su proceso de comprensión y buscar las soluciones oportunas. Estrategias para la enseñanza de la supervisión del texto: empleo de organizadores gráficos y semánticos, responder preguntas, redactar preguntas, reconocer la estructura (secuencia) narrativa, redacción de resúmenes.
- Enseñar a identificar las ideas importantes de los textos y a elaborar resúmenes.
- Ejercitar la habilidad de inferir. En las guías de lectura o de estudio formular preguntas que se deben responder por medio de inferencias (información implícita) a partir de la información explícita del texto. Realizar inferencias es una de las habilidades que se necesitan desarrollar para la comprensión de textos.
- Enseñar a elaborar mapas conceptuales y utilizarlos frecuentemente. Los mapas conceptuales reproducen los modos de almacenamiento de información del cerebro (conceptos interrelacionados jerárquicamente). Por lo tanto, ayudan a la comprensión y a la memorización de la información.
- Procurar que los alumnos alcancen la comprensión crítica. Existen tres niveles de comprensión lectora; el nivel superficial implica la decodificación, la extracción de ideas explícitas, ordenarlas y realizar un resumen. El nivel profundo supone la integración de la información del texto con los conocimientos del sujeto y la elaboración de inferencias. El nivel crítico supone que el alumno es capaz de autorregular la comprensión (retroceder, releer, hacer preguntas, representar gráficamente, reformular, etc.), crear metas y planes para su proceso lector, detectar errores en el texto y valorarlo, es decir, tener una actitud crítica frente al texto (acordar, desaprobar, cuestionar, adherir, dudar, responder, completar, comparar, etc.)